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Oppo a precio de Apple: una semana con el Find X, un Android tan innovador como caro


Es difícil encontrarse hoy en día con un móvil que sorprenda. Más aún en lo que se refiere al diseño. La estética de Apple y Samsung se copia hasta la saciedad, y solo excepciones como el Xiaomi Mix primigenio se atreven a ir un paso más allá. El Oppo Find X pertenece a esa estirpe vanguardista que acapara miradas furtivas en el metro y algunas más descaradas en otros espacios públicos.

Su diseño, por fin, hace honor a la etiqueta de ‘pantalla completa’. De hecho, ese elemento ocupa casi el 94% del panel frontal, un porcentaje récord. Además, el borde curvado del panel AMOLED hace que los marcos laterales parezcan todavía más finos, casi invisibles. De frente, lo único que se ve es una pantalla inmensa sin ningún otro elemento a la vista: ni cámaras, ni sensores.

Por detrás, más de lo mismo. Una elegante tapa de cristal con un toque futurista: el que proporciona el reflejo azulado -o rojizo- de los extremos laterales, un degradado muy llamativo que cambia de intensidad según le da la luz. Tampoco hay cámaras a la vista, ni el típico sensor de huellas, y el sensor de luz ambiental que sirve para regular el brillo de la pantalla está en el lateral superior. Pero una hendidura en forma de ola da una pista sobre el principal truco del Find X: el sistema motorizado que saca el módulo con las cámaras.

Icónico con 'peros'


Hay que reconocer que es una solución genial para un problema que se ha resuelto siempre de forma poco satisfactoria: desde los marcos más o menos gruesos arriba y/o abajo, hasta el ‘notch’ que ha popularizado Apple con el iPhone X. Oppo presenta un sistema novedoso -inaugurado con una pequeña variación por su hermano Vivo NEX- y que funciona sorprendentemente bien.

El módulo de las cámaras es también el que surge cada vez que hay que desbloquear el teléfono, porque no hay sensor de huellas dactilares -el NEX sí tiene uno en la propia pantalla-. Eso ralentiza un poco el desbloqueo, pero lo hemos comparado con el del OnePlus 6 y la diferencia es de apenas un segundo. Con el iPhone X, cuyo reconocimiento facial es más lento, no hay apenas diferencia. Es más, utilizando la función ‘smart lock’, que permite identificar redes wifi o dispositivos Bluetooth de confianza que mantienen el móvil desbloqueado mientras está conectado a ellos, la operación se hace mucho más sencilla cuando estamos en casa, por ejemplo, y reduce considerablemente el trabajo del módulo mecanizado.

No es la primera vez que Oppo experimenta con piezas motorizadas. Ya lo hizo en el N3

No es la primera vez que Oppo echa mano de un motor para sacar provecho a sus cámaras. Lo hizo con el N3, que llamó mucho la atención porque rotaba la cámara principal, que en 2015 ofrecía unos resultados encomiables, para ser utilizada también como cámara selfi. La diferencia es que aquel módulo era enorme y hacía que un móvil de 5,5 pulgadas tuviese el tamaño del Find X, que incorpora un panel FHD+ de 6,42 pulgadas.


Mecanismo de seguridad

En cualquier caso, es lógico preocuparse por la fragilidad de un elemento móvil que, si se rompe, nos deja el móvil sin cámaras. OPPO asegura que está diseñado para que un usuario normal pueda utilizarlo sin problemas durante cuatro años. Y añade que está equipado con un dispositivo de seguridad que detecta cuándo el aparato está cayendo y retrae automáticamente este elemento -operación que lleva 0,5 segundos- para evitar que sufra daños al chocar contra el suelo.

Lo hemos probado y, efectivamente, funciona. Hemos dejado caer el Find X desde dos alturas. La primera, grabada a cámara lenta, desde 1,2 metros. Es, más o menos, la distancia del suelo a la que un adulto sujeta su móvil cuando está de pie. Como se puede ver en el vídeo, a medio camino el móvil detecta la caída, lanza un mensaje de advertencia en la pantalla, y retrae el módulo justo cuando va a dar con el suelo (el sofá en este caso). Este comportamiento ya permite adivinar lo que sucederá en la segunda caída, a medio metro de altura. Es el equivalente a la altura de quien usa el móvil sentado: en ese caso, el módulo comienza a moverse un poco antes de llegar al suelo, pero no tiene tiempo suficiente para cerrarse por completo.

Lógicamente, el daño dependerá de cómo y de contra qué caiga. En una caída pequeña es de esperar que sobreviva aunque no logre retraer las cámaras -de hecho, en una prueba el rebote lo ha lanzado contra el suelo y ha salido indemne-, mientras que en una a más altura es evidente que se protege a tiempo. En cualquier caso, teniendo en cuenta que la tapa también es de cristal, sí que se antoja más delicado que móviles metálicos o de plástico.

Más allá de su diseño, el Find X es un ‘smartphone’ que viene equipado con toda la potencia que se pueda necesitar. El chip Qualcomm Snapdragon 845 es el más rápido del fabricante estadounidense, y 8 GB de memoria RAM es el tope que se ha alcanzado en el sector. Por si fuese poco, la versión estándar en España vendrá con 256 GB de almacenamiento interno -sin espacio para tarjeta MicroSD, eso sí-, y la edición especial Lamborghini incorpora 512 GB. Hay que ser muy bestia para llenarlo.

¿Eres capaz de llenar 512 GB? La edición especial del Oppo Find X

A pesar de su tamaño generoso, el móvil se agarra muy bien. Es estrecho y muy alargado, lo cual se agradece a la hora de ver vídeos en ‘widescreen’ pero estorba un poco cuando no tienen ese formato -aunque se puede hacer un pequeño zoom para ajustarlo a la pantalla panorámica-. Además, Oppo incluye un menú lateral interesante cuando se está viendo contenido multimedia a pantalla completa -en modo apaisado- que permite acceder a algunas de las aplicaciones que deseemos, como Whatsapp o Facebook.


Una autonomía bestial

Y vaya si se pueden ver películas… La batería de 3.700 mAh. es una gozada. Aplicando las restricciones al funcionamiento en segundo plano de las aplicaciones que no lo requieren -dejamos Gmail, Whatsapp, WeChat, y el VPN con todos los permisos-, hemos llegado al final del segundo día de uso normal con un 5% de batería. Y, como no podía ser de otra forma, Oppo ha incluido el sistema VOOC de carga rápida. En nuestra prueba, ha logrado el 51% en media hora, el 86% en una hora, y el 100% en 73 minutos. La edición Lamborghini inaugura el SuperVOOC que logra el 100% en 35 minutos.

Pero todo esto tiene un precio elevado: 999 euros por la versión estándar, y 1.699 euros (no, no es un error tipográfico) por la versión Lamborghini. Sin duda, la de la marca china es una apuesta muy arriesgada para abrirse camino en el mercado europeo, donde todavía es muy poco conocida. Más aún cuando la factura en el viejo continente es notablemente más abultada de la que pagan los chinos (4.999 yuanes, 650 euros al cambio) o los indios (59.990 rupias, 750 euros).


¿Vale lo que cuesta?

En cualquier caso, ¿vale el Oppo Find X lo que cuesta? Esa es la gran pregunta, y no tiene una respuesta sencilla. Quien escribe estas líneas nunca pagaría mil euros por un teléfono móvil que tendrá una vida de tres o cuatro años. Pero el éxito de aparatos como el iPhone X o los Samsung Galaxy Note demuestran que existe un mercado para ellos. No obstante, Oppo se la juega al adelantar por la derecha a Xiaomi, e incluso a Huawei, y decidir competir contra esos dos gigantes.

Hemos tratado de llegar a una conclusión comparándolo con el terminal estrella de Apple. Lucas, un taiwanés que trabaja en Shanghái y que se declara ‘fanboy’ de la manzana mordida, se ha prestado a poner a prueba la velocidad y las cámaras de su móvil, después de reconocer su sorpresa por el diseño del Oppo. “Es mucho más espectacular”, reconoce.


En lo que se refiere a rapidez de funcionamiento, están a la par. En algunas aplicaciones el Oppo se defiende mejor, en otras gana Apple. La pantalla del iPhone X ofrece más nitidez, brillo y ángulo de visión, pero en batería el Find X humilla al móvil californiano.

La cámara

Probamos la cámara para buscar un veredicto más rotundo. Oppo incorpora una doble con dos sensores de 16 y de 20 megapíxeles y ópticas luminosas -f 2- que se apoyan en un estabilizador óptico para obtener mejores resultados en condiciones de poca luz. Sin embargo, la distancia focal de ambas es la misma, por lo que no cuenta con el zoom de dos aumentos de Apple.

Les dejamos algunas fotos sacadas desde el Oppo Find X:










Nuestras pruebas dan una ligera ventaja al iPhone X, que logra algo más de detalle en el modo Macro, y colores un poco más cálidos. Por otro lado, el Find X ofrece un gran angular mucho más generoso y un modo retrato que resalta mejor al sujeto en primer plano y que no se acerca tanto al mismo. En cuanto a la posibilidad de personalizar la toma en modo manual, también andan a la par, con la diferencia de que el sistema de inteligencia artificial de Oppo registra muy bien cada tipo de escena: exterior luminoso, interior, comida, y hasta ‘gato’.

En el apartado selfi, el trono es para la marca china, que incorpora una cámara de 25 megapíxeles armada con todas las tonterías del siglo XXI, como los ‘Omojis’ animados que se crean con el registro en 3D de nuestro rostro, o los vídeos que se pueden grabar con caracterizaciones de todo tipo: que si gafas de gánster, que si una pelota en la cabeza, etc… El modo retrato de la cámara anterior es imbatible.

Justificar 1.000 euros


Pero, ¿qué le falta al Find X para justificar los mil euros que cuesta? Para empezar, resistencia al agua. Quizá sea esta la característica que más se echa en falta en un móvil de este precio, sobre todo porque otros como el Xiaomi Mi 8 sí que cuentan con ella y no es una pijada sino algo útil. También está la falta de la carga inalámbrica, que el Mix 2S ofrece por la mitad de precio, aunque este elemento sí que se puede incluir en la lista de prescindibles. Quizá moleste más la ausencia del jack de auriculares, aunque Oppo se redime en parte ofreciendo gratis uno con clavija USB-C cuyo sonido es aceptable.

La capa de personalización ofrece muchas opciones pero desquiciará a los amantes de Android puro

Finalmente, está el sistema operativo del Oppo Find X, una capa de la última versión de Android -8.1- que odiarán quienes adoran el sistema puro de Google. Pero lo cierto es que ofrece un catálogo de opciones infinito. Desde gestos en los bordes (deslizar dos veces de arriba abajo pasa a la app anterior; deslizar en direcciones contrarias a ambos lados abre la pantalla partida), hasta opciones como la de hacer zoom en la pantalla con tres toques (muy interesante para quienes vean mal y no quieran poner letra del tamaño de un portaaviones), pasando por la personalización completa de todo tipo de menús.

Control gestual


El Find X también permite elegir entre los tres clásicos botones de Android o la navegación gestual. Esta última saca todo el provecho a la pantalla del móvil, pero complica la escritura porque la barra inferior del teclado queda en el borde y resulta de difícil acceso. Así que lo mejor es elegir la navegación por teclas virtuales, pero con posibilidad para esconderlas cuando queremos dedicar toda la pantalla al contenido multimedia.

Pero, bueno, ¿me lo compro o no? Todo depende del presupuesto con el que contemos y de lo caprichosos que seamos. Es innegable que el Find X es un móvil extraordinario que rompe el sector con su diseño innovador. Es bonito, espectacular, y potente. También caro. Pero no más que los primeros espadas de Apple y Samsung. Eso sí, le faltan algunos elementos de estos para justificar la factura.

Teniendo en cuenta la diferencia de precio entre China y España, y el hecho de que hay ofertas para volar al gigante asiático desde 450 euros, una idea nada descabellada es irse a China, disfrutar de unas vacaciones, y adquirir allí el móvil. Habrá que lidiar luego con el idioma inglés, sí, pero el vuelo nos habrá costado solo cien euros.